16 de junio de 2017

Laboratorios Vieta-Plasencia

Logotipo de los Laboratorios en la Calle Reina (15-11-2011)
En la Avenida de Bolívar, que para todos sigue siendo la Calle Reina, varios edificios sobresalen por su altura, estilos arquitectónicos, o importancia dentro de la historia de nuestra ciudad. El caso que nos ocupa en esta entrada es uno de esos que, a primera vista, nos podría parecer la sede de un banco, por las macizas columnas que soportan su portal y se elevan por su fachada.

Pero este edificio dista de ser uno de los tantos ejemplos de arquitectura bancaria que existen en La Habana. Basta con bajar la vista en su portal para encontrarnos con el logo que da pie a este escrito y que, casi 90 años después, nos indica que en ese lugar estuvieron asentados los Laboratorios Vieta-Plasencia.

Este logo es una de las decoraciones más hermosas que aún quedan en Reina. Su diseño en forma de sello redondo, está completamente confeccionado con teselas de variados colores, donde resaltan las letras negras que forman el nombre. En el centro del logotipo podemos apreciar varios dibujos de mandalas de cuatro puntas superpuestos unos encima de los otros, formando una especie de imagen floral, algo que siempre ha estado vinculado con la rama de los laboratorios farmacéuticos. 

Sello con las iniciales VP en la fachada del edificio (07-02-2017)
El conjunto sirve de bienvenida a la entrada del edificio, pues se sitúa justo delante de la puerta principal del inmueble, y en el mismo centro del portal. Está rodeado de un piso de terrazo de color grisáceo, que a su vez está enmarcado por una banda de tono rojizo. A todas luces este es un trabajo de la empresa del italiano Luis Mión, quienes eran verdaderos artistas y nos han legado muchos diseños tan bellos como este.

El edificio y el logo que han llegado a nuestros días, datan de 1929, año en que los arquitectos Joaquín Barrena Pardo y Francisco González Rodríguez, lo entregaban como sede oficial de los laboratorios. La fachada de la edificación se inspira en el renacimiento francés y sus detalles son notables. Se destacan entre ellos las iniciales VP colocadas encima del arco central del portal. Esto se debe en gran medida a la labor de Francisco González quien, en ese entonces, era profesor de la asignatura Dibujo Arquitectónico en la Universidad de La Habana. Años más tarde se le añadió una última planta que modificó un poco su imagen original, pero que siguió las líneas arquitectónicas del inmueble en general.

Los Laboratorios Vieta-Plasencia, según el dato ofrecido en el libro “Las Empresas de Cuba: 1958” de Guillermo Jiménez Soler, se encontraban en el 4° puesto entre los laboratorios cubanos por la cantidad de trabajadores que poseía (113), y su razón social era el Análisis Clínico y Productos Biológicos. En su momento fue considerado como uno de los mejores de Cuba.

Foto del edificio original (Revista del Colegio de
Arquitectos -Octubre 1929), y del Dr. Ángel Vieta
Su origen se remonta a la década de 1910 cuando fueran fundados por el Dr. Leonel Plasencia y Montes (1877 – 1923) bajo su propio nombre, en el antiguo #59 de la Calle Amargura. El Dr. Plasencia fue catedrático de Microscopía y Química Clínica en la Universidad de la Habana, y tras su repentino fallecimiento en 1923, queda al frente de la empresa su sobrino, el Dr. José Rafael Plasencia Pérez. Poco después éste se une al Dr. Ángel Guillermo Vieta Barahona, y ahí nace el consorcio que se mantuvo operando en copropiedad hasta la década de 1950.

El doctor Vieta Barahona fue un eminente médico, histólogo y profesor universitario, con un largo historial dentro del sector de la salud y educacional en Cuba. Graduado en la Universidad de La Habana de Doctor en Cirugía Dental y de Doctor en Medicina, en el mismo año (1914), y de Doctor en Farmacia (1925), fue alumno y médico interno del Hospital Universitario “Nuestra Señora de las Mercedes”, por concurso. Además era graduado de la Escuela de Arte de San Alejandro. Su carrera docente empieza al ser nominado en 1920 como Profesor Auxiliar de la Cátedra de Terapéutica aplicada a la Estomatología, y en 1923 es nombrado Profesor Auxiliar de la Cátedra de Histología Anormal de la Boca. También desempeñó el cargo de Bacteriólogo del Laboratorio Nacional, y Fue Decano de la Facultad de Medicina en numerosas ocasiones. En 1950 fue condecorado con la Orden del Mérito Comercial.

Imagen del edificio en la actualidad (07-02-2017)
Los Laboratorios Vieta-Plasencia, al constituirse tras la unión empresarial de sus copropietarios, se asientan en la Calle Perseverancia #32, siendo ya en 1925 depositarios y representantes de los Laboratorios Squibb (Norteamericanos). En Octubre de 1929 se trasladan definitivamente hacia el antiguo #72 de la Calle Reina, y allí permaneció el dueto hasta que a principios de la década de 1950 Plasencia se separa de Vieta, y funda los Laboratorios Dr. Domingo Plasencia en la Calle Central #26 entre Tulipán y Conill. Quizás la causa de la separación fuera la mella que hizo en la vida del Dr. Vieta la muerte en Abril de 1952 de su hijo, el Dr. Ángel Vieta Rebozo, gran promesa de la medicina cubana, a solo un año de su graduación. No obstante el nombre siguió impreso en el portal de la edificación, y ha logrado llegar hasta el Siglo XXI casi imperturbable.

Hoy, en el local de Reina #310 entre Campanario y Lealtad, ya no se realizan análisis químicos, ni se producen especialidades farmacéuticas, dietéticas y biológicas. El inmueble pertenece a la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos (EMCOMED) que lo mantiene desocupado en gran medida, y durante mucho tiempo presentó una imagen bastante menos lúcida que la que muestra actualmente. Por suerte la pintura ha logrado rescatar algo del encanto exterior del edificio, aunque su interior se muestre todavía un poco sombrío.

Letras borradas de la fachada del edificio que mostraban la función social del mismo (07-02-2017)

Entonces le invito a que se de una vueltecita por esta transitada arteria habanera y admire, bajo la sombra de los arcos de su portal, el logo que aún refleja la función original del edificio que se alza sobre usted.

Nosotros seguimos descubriendo historias de logos.
 

3 comentarios:

  1. Mi tío abuelo, Anibal Untoria, trabajó por mucho tiempo en ese Laboratorio. De ahí le traía a la familia, cultivos de bacilos vivientes para mejorar la flora intestinal de los afectados por alguna infección estomacal.

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    1. Gracias por su excelente comentario, que viene a ratificar la función original del edificio. Saludos.

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    2. Visite de niña este Laboratorio, ya que mi madre, padecía del estómago y allí, ella iba a buscar bacilos búlgaros, ella conocía a la familia vieta Barahona, desde muy joven, y al final terminó casada con, Juan Vieta, hermano de Ángel vieta, creo yo haber conocido al fotógrafo, que tomó estas fotos que es un sobrino, de los Vietas, cuanto me gustaría, poder comunicarme con el, Mí nombre es Rebeca, y soy la hija de Olga Vieta,

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