8 de julio de 2019

Peletería Coronet

Diseño en forma de corona en el piso del local (21-04-2013)

Si el título de esta entrada no develara por sí mismo parte del contenido de la historia que sigue, es probable que el lector no descubriera muy fácilmente el significado del sencillo diseño de la imagen inicial, que sirvió como logo comercial de una peletería que estuvo en una de las áreas comerciales más conocidas de la capital cubana. Les invito a leer parte de la historia que aún pueden contarnos las coronas de la Peletería Coronet.

El logo de esta entrada, como se puede ver en la imagen inicial, es algo bien sencillo. Se trata de la figura de una coronet —vocablo inglés que define una pequeña corona de rango inferior a un soberano, con ornamentos sujetos a ella— de seis puntas rematadas por unos círculos verdes a modo de perlas. El diseño destacaba en el piso de terrazo gris que daba la bienvenida a la peletería y se repetía por todo el portal a intervalos regulares, por lo que era imposible no recordar más tarde su imagen.

Vista del antiguo portal de Coronet….y sus coronas (11-10-2018)
El diseño, así como todo el piso del antiguo establecimiento, fue realizado por la empresa Luis Mion S.A. muy seguramente a pedido del dueño de la peletería. En este caso la corona hace la función de un Isotipo pues su propietario original la convirtió en la parte más reconocida de su negocio. Isotipo se considera a una imagen que, sin presentar un nombre, sintetiza de manera visual la personalidad, valores y carácter de una marca o empresa. En el caso de esta peletería la corona cumplía a cabalidad tal propósito.

Anuncio de la inauguración de Coronet – Diario de La Marina, 18-05-1951
Coronet, como ya les adelanté, se encontraba en medio de uno de los centros comerciales de La Habana. Su ubicación en la calle Águila #365 entre Neptuno y San Miguel, hacía que estuviera justo en el medio entre el conocido Boulevard de San Rafael y los comercios de la calle Neptuno; y a pocos metros de los establecimientos de Galiano, especialmente la tienda El Encanto.

La peletería se ubicó en la planta baja del edificio que aún hoy día se alza en Águila. Su propietario fue Alfredo Manrara, quien además poseía otra tienda similar en la calle Monte #665 bajo el nombre de La Corona. Al parecer el hombre de alguna manera quería pertenecer a la monarquía. Bromas aparte resulta curioso que ambos establecimientos tuvieran nombres relacionados con los adornos más reconocidos de la realeza, y que además la nueva tienda en Águila tuviera un rango “menor” a la de Monte.

Coronet en suplemento del Diario de La Marina, 28-08-1951
El aspecto que tuvo Coronet fue un proyecto de los arquitectos Pedro Pablo Mantilla Viera y María T. Fernández Selles, quienes además estuvieron al frente de la decoración y el diseño de muebles de la tienda. Ambos transformaron la planta baja del edificio en una acogedora peletería que fue inaugurada el 18 de Mayo de 1951, y que comenzó a competir con otras tiendas asentadas en la misma cuadra como la sucursal de Almacenes Inclán, o la tienda de accesorios para señoras El Collar. Desde ese momento sus salones comenzaron a vender todo tipo de productos del ramo, convirtiéndose también en distribuidores exclusivos para varias marcas de zapatos como Edwards para niños, o Gaynor para señoras.

Coronet existió como tienda hasta que la crisis de la década de 1990 impuso su peso en nuestro país. No recuerdo si mantuvo el mismo nombre o si fue cambiado por otro, pues raramente mi familia pasaba por esa cuadra; aunque sí siempre me llamaron la atención las coronitas cuando de casualidad transitábamos por allí.

Edificio de Coronet en la actualidad (11-06-2019)
Si han notado todo el tiempo hemos hablado del Isotipo de Coronet en pasado como si el mismo hubiera desaparecido, pero no es así. El caso es que hoy es difícil ver las coronas que adornan el piso de la antigua Coronet. Su frente se mantiene casi perennemente tapiado por una puerta metálica, pues el local ahora pertenece al Proyecto Comunitario Sanando Corazones (que al parecer aún lo está acondicionando), compartido con una vivienda en la parte posterior. Pero si tiene la suerte de caminar por la calle Águila y encontrarla abierta, no pierda la oportunidad de mirar al piso y verá que aún este sobrio diseño sigue allí, rememorando lo que un día fue.

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