18 de marzo de 2020

La Casa Verde

Letrero que se conserva en el piso del local (17-02-2020)

Aunque el nombre de esta entrada le resulte familiar al lector, le advierto que no estaremos haciendo la historia de la conocida como Casa de las Tejas Verdes en Miramar. Aunque esa casa se merece todos los artículos que se puedan escribir sobre ella y sus fabulosas leyendas, no es a ese sitio que nos acercaremos hoy. Es otra la historia que les traigo, partiendo desde este letrero que aún existe en el lugar en donde estuvo un comercio, con el nombre que ya usted ha podido ver. Le invito a conocer lo poco que he podido averiguar sobre La Casa Verde que se esconde en Centro Habana.

Como se puede ver en la imagen inicial se trata de un letrero en forma de arco realizado en terrazo de color negro. Las letras han sido realizadas mediante el uso de juntas de dilatación de cobre; algo que resulta bastante peculiar pues este tipo de letras solían ser elaboradas preferentemente con teselas. La inscripción está insertada en un piso de terrazo bastante común en establecimientos comerciales, pero la loza no presenta ningún ribete en los bordes.

Cuando mencioné que este letrero “se esconde en Centro Habana”, no estaba utilizando un lenguaje figurativo. Éste es uno de esos logos que, de no ser por la casualidad, podían haber pasado inadvertidos. El día que lo descubrí había decidido ir desde la calle Monte hacia Reina por ese pequeño tramo de la calle Ángeles que comunica ambas arterias comerciales. El azar hizo que el lugar donde está el letrero tuviera la puerta abierta en ese momento y…bueno, no llevaba la cámara pero anoté inmediatamente la dirección y pocos días después me personé para tomar la imagen. Son casi 10 años “cazando” este tipo de trabajos en pisos de La Habana y sin embargo ahí existía algo que no conocía, lo que demuestra que este empeño todavía puede deparar sorpresas.

Anuncio en la Guía Telefónica (1959) - Sección Mueblerías
Después de haberlo fotografiado encontrar qué era La Casa Verde no fue muy difícil. Ese tramo de la calle Ángeles solía estar ocupado principalmente por negocios de muebles, así que buscando en mi antigua, pero aún útil, guía telefónica encontré el dato en la sección de mueblerías. Allí estaba el nombre en cuestión como establecimiento comercial de venta de muebles en general. Mas no solo estaba la confirmación, sino que también estaba el nombre de su propietario. La Casa Verde en 1959 era propiedad de Antonio García y, como era usual en esa época, vendía sus muebles al contado y a plazos.

Indagando un poco más en otros documentos pude comprobar que La Casa Verde era un negocio que comenzó a principios de siglo. En la Guía Comercial de 1926 ya aparece listada bajo la razón social Francisco García y Hermanos, con dirección en Ángeles #28. Es posible entonces que Antonio fuera uno de esos hermanos y que heredara el negocio más tarde, o quizás era hijo de Francisco. Cualquiera sea la historia el caso es que la mueblería ya en la década de 1920 era un establecimiento reconocido.

Hoy en día La Casa Verde ya no es una tienda de muebles. Desde hace mucho tiempo es una vivienda, que solo recuerda el origen que tuvo por este letrero en el piso que aún existe, muy bien conservado por cierto, en Ángeles #106 entre Sitios y Maloja. Y he aquí un detalle curioso: en el anuncio se puede leer que la tienda estaba en el número 104, sin embargo el letrero está en la puerta del número 106. Es posible que, antiguamente, lo que hoy son dos casas independientes, fuera un solo local completamente dedicado a la venta de muebles.

Edificio donde estuvo La Casa Verde. La flecha señala el lugar del letrero (11-03-2020)
Como ven este letrero, que permaneció “escondido” para mí durante tanto tiempo, posee una pequeña historia vinculada a mesas, sillas, camas y escaparates. A lo mejor y hasta algún mueble de su casa fue adquirido en esta tienda. Por mi parte agradezco a la señora que hoy vive en Ángeles 106, por haber abierto la puerta aquel día, en el justo momento que yo pasaba y por dejarme tomar la foto unos días después. Quizás usted pueda ver el letrero…si tiene suerte cuando pase por allí. Y si no pues, aquí está la historia, para que la disfrute.

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