8 de julio de 2020

La Casa del Perro

Logotipo en la entrada del lugar (03-12-2017)

Seguimos descubriendo las historias de antiguos establecimientos, que aún conservan sus logotipos de casas especializadas, en varios lugares de la capital cubana. El nombre, para los más jóvenes, incluso puede que les haga recordar los establecimientos gastronómicos que se han apropiado del apelativo en los últimos tiempos. Pero La Casa del Perro que les presento hoy, nada tiene que ver con salchichas y refrescos; de hecho sí tuvo que ver en algún momento con verdaderos canes. Veamos la historia de esta antigua tienda de la calle Neptuno.

Como pueden ver en la imagen de apertura, se trata de un letrero sencillo pero bastante grande, que se encuentra en lo que era el portal del edificio sito en Neptuno #210 entre Industria y Amistad. Las letras están insertadas en una franja del piso de granito original del establecimiento. Cada una de ellas está formada por teselas de color negro, con un sombreado en color rojizo hecho con la misma técnica. Este estilo de letrero es bastante usual encontrarlo en antiguos comercios por toda la ciudad, variando en tipografía y colores, pero siempre con letras que resaltan y poseen un sombreado. Lo interesante es que un establecimiento como La Casa del Perro haya optado por un sencillo logotipo en lugar de algo un poco más “rebuscado”.

Bien, ¿y por qué ese nombre en este edificio de la popular Neptuno? ¿Acaso de verdad vendían perros? Pues, si usted pensaba que en La Habana de antaño no existía una tienda de mascotas oficial, sepa que está equivocado. La Casa del Perro, como bien lo indica su nombre, comenzó siendo eso mismo: un establecimiento para la venta de perros de pedigrí, importados de Estados Unidos y Europa, así como accesorios para valiosas mascotas. La verdad es que no imagino cómo sería ese lugar en aquellos tiempos, pero que se vendieron perros lo atestiguan varias fuentes documentales, entre ellas el libro “Las Empresas de Cuba: 1958” de Guillermo Jiménez Soler y hasta la propia EcuRed en su página sobre la calle Neptuno.

Propaganda comercial de La Casa del Perro (1940s) cortesía de El Hotel Camagüey
En el mencionado libro podemos leer que la tienda se fundó en 1924, en el lugar que se encuentra hoy en día el letrero, ocupando el antiguo número 38 de Neptuno. Su propietario fue José Py Díaz, asturiano, natural de Avilés, quien todo parece indicar era buen conocedor del tema canino, pues en 1930 publicó un libro titulado “El Perro en los Trópicos; su cuidado y atención” bajo el sello Cultural S.A. Más tarde el señor Py Díaz diversificó el negocio hacia otras esferas, además de seguir vendiendo productos para mascotas. Si analizamos algunos anuncios a partir de la década de 1930, nos daremos cuenta que La Casa del Perro bien podía haberse llamado La Casa del Cocodrilo, pues en casi todas las promociones aparece ese reptil. Sin embargo el comercio no dejó de aparecer como “especializado en artículos para perros” en los listines telefónicos. Curioso, ¿no creen?

El caso es que cualquiera que haya sido la razón —puede que los perritos de pedigrí molestaran con sus ladridos (sin pedigrí) a los vecinos— el lugar dejó de vender animales y se empezaron a comercializar artículos de piel, principalmente de cocodrilo, que incluían billeteras, cintos, carteras y bolsos de varios tipos y modelos. Con el tiempo el local amplió sus ofertas a maletas, baúles, maletines y también comercializó insecticidas y calentadores de agua. Según las propagandas en su local podían verse ejemplares vivos de los animales cuyas pieles se utilizaban para confeccionar los artículos. 

Anuncios de La Casa del Perro: 1935 y 1949 (arriba); Guía Telefónica 1959 (abajo)
Y este es otro detalle: La Casa del Perro tenía talleres propios de manufactura en el mismo sitio. Si hoy alguien pasa por allí y tiene la suerte de poder mirar a su interior, podrá observar que, efectivamente, su amplio local pudo haber albergado la tienda con su exhibición de reptiles y el taller de confecciones. En épocas pasadas eso era una práctica bastante habitual: el cliente, en no pocos lugares, podía asistir al proceso de confección de los productos que después iba a adquirir. Como muestran los anuncios, La Casa del Perro era uno de esos establecimientos y lo proclamaba incluso en inglés. De hecho en una publicación comercial de 1955, José Py Díaz aparece como fabricante, importador, exportador y vendedor de productos de talabartería, con intenciones de exportar sus artículos de piel de cocodrilo, directamente o través de un agente hacia los Estados Unidos…y no hay mención alguna sobre perros.

No tengo una idea clara de qué fue lo que ocupó el local de La Casa del Perro posterior de la década de 1960, pero recuerdo que este letrero lo conocía desde antes de comenzar a fotografiarlos y siempre tuve la corazonada que algo tenía que ver con esos animales. Cuando le presté atención al edificio ya estaba en franco deterioro, con su portal ocupado por algunos negocios de poca monta y completamente enrejado. A su interior nunca me he atrevido a pasar y siempre he tenido la sensación que da cobija a algunas personas que lo han ocupado para vivir. En años recientes una pequeña zona de la parte izquierda de su frente ha sido remodelada y funciona allí un negocio por cuenta propia, que contrasta por completo con el resto de la edificación.

Edificio de la calle Neptuno donde se ubicaba La Casa del Perro (03-10-2015)
No obstante ahí está, a pesar de las rejas y el abandono del establecimiento, este letrero que aún en el Siglo XXI, sigue proclamando que hubo una casa especializada en artículos para perros en La Habana. Si usted lo ve en su tránsito por la calle Neptuno, sepa que está ante la que se pudiera considerar antecesora de Bethania, la tienda para mascotas de la Habana Vieja, o de esas otras que hoy venden por cuenta propia productos y servicios similares.

Ya seguiremos recorriendo lugares de Neptuno que aún conservan su identidad en el piso.

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