Logotipo en la entrada del lugar (03-12-2017) |
Seguimos
descubriendo las historias de antiguos establecimientos, que aún conservan sus
logotipos de casas especializadas, en varios lugares de la capital cubana. El
nombre, para los más jóvenes, incluso puede que les haga recordar los establecimientos
gastronómicos que se han apropiado del apelativo en los últimos tiempos. Pero La Casa del Perro que les presento hoy,
nada tiene que ver con salchichas y refrescos; de hecho sí tuvo que ver en
algún momento con verdaderos canes. Veamos la historia de esta antigua tienda
de la calle Neptuno.
Como pueden ver
en la imagen de apertura, se trata de un letrero sencillo pero bastante grande,
que se encuentra en lo que era el portal del edificio sito en Neptuno #210 entre Industria y Amistad.
Las letras están insertadas en una franja del piso de granito original del
establecimiento. Cada una de ellas está formada por teselas de color negro, con
un sombreado en color rojizo hecho con la misma técnica. Este estilo de
letrero es bastante usual encontrarlo en antiguos comercios por toda la ciudad,
variando en tipografía y colores, pero siempre con letras que resaltan y poseen
un sombreado. Lo interesante es que un establecimiento como La Casa del Perro
haya optado por un sencillo logotipo en lugar de algo un poco más “rebuscado”.
Bien, ¿y por qué
ese nombre en este edificio de la popular Neptuno? ¿Acaso de verdad vendían
perros? Pues, si usted pensaba que en La Habana de antaño no existía una tienda
de mascotas oficial, sepa que está equivocado. La Casa del Perro, como bien lo indica su nombre, comenzó siendo
eso mismo: un establecimiento para la venta de perros de pedigrí, importados de
Estados Unidos y Europa, así como accesorios para valiosas mascotas. La verdad es
que no imagino cómo sería ese lugar en aquellos tiempos, pero que se
vendieron perros lo atestiguan varias fuentes documentales, entre ellas el
libro “Las Empresas de Cuba: 1958” de Guillermo Jiménez Soler y hasta la
propia EcuRed en su página sobre la calle Neptuno.
Propaganda comercial de La Casa del Perro (1940s) cortesía de El Hotel Camagüey |
En el mencionado
libro podemos leer que la tienda se fundó en 1924, en el lugar que se
encuentra hoy en día el letrero, ocupando el antiguo número 38 de Neptuno. Su propietario fue José Py Díaz, asturiano, natural de
Avilés, quien todo parece indicar
era buen conocedor del tema canino, pues en 1930 publicó un libro titulado “El
Perro en los Trópicos; su cuidado y atención” bajo el sello Cultural S.A. Más tarde el señor Py
Díaz diversificó el negocio hacia otras esferas, además de seguir vendiendo productos
para mascotas. Si analizamos algunos anuncios a partir de la década de 1930,
nos daremos cuenta que La Casa del Perro
bien podía haberse llamado La Casa del
Cocodrilo, pues en casi todas las promociones aparece ese reptil. Sin
embargo el comercio no dejó de aparecer como “especializado en artículos para perros” en los listines
telefónicos. Curioso, ¿no creen?
El caso es que
cualquiera que haya sido la razón —puede que los perritos de pedigrí molestaran
con sus ladridos (sin pedigrí) a los vecinos— el lugar dejó de vender animales
y se empezaron a comercializar artículos de piel, principalmente de cocodrilo,
que incluían billeteras, cintos, carteras y bolsos de varios tipos y modelos.
Con el tiempo el local amplió sus ofertas a maletas, baúles, maletines y
también comercializó insecticidas y calentadores de agua. Según las propagandas en su local podían verse ejemplares vivos de los animales cuyas
pieles se utilizaban para confeccionar los artículos.
Anuncios de La Casa del Perro: 1935 y 1949 (arriba); Guía Telefónica 1959 (abajo) |
Y este es otro
detalle: La Casa del Perro tenía talleres propios de manufactura en el mismo sitio.
Si hoy alguien pasa por allí y tiene la suerte de poder mirar a su interior,
podrá observar que, efectivamente, su amplio local pudo haber albergado la
tienda con su exhibición de reptiles y el taller de confecciones. En épocas
pasadas eso era una práctica bastante habitual: el cliente, en no pocos lugares,
podía asistir al proceso de confección de los productos que después iba a
adquirir. Como muestran los anuncios, La Casa del Perro era uno de esos
establecimientos y lo proclamaba incluso en inglés. De hecho en una publicación
comercial de 1955, José Py Díaz aparece como fabricante, importador, exportador
y vendedor de productos de talabartería, con intenciones de exportar sus artículos de
piel de cocodrilo, directamente o través de un agente hacia los Estados
Unidos…y no hay mención alguna sobre perros.
No tengo una idea clara
de qué fue lo que ocupó el local de La Casa del Perro posterior de la década de
1960, pero recuerdo que este letrero lo conocía desde antes de comenzar a
fotografiarlos y siempre tuve la corazonada que algo tenía que ver con esos
animales. Cuando le presté atención al edificio ya estaba en franco
deterioro, con su portal ocupado por algunos negocios de poca monta y
completamente enrejado. A su interior nunca me he atrevido a pasar y siempre he
tenido la sensación que da cobija a algunas personas que lo han ocupado para
vivir. En años recientes una pequeña zona de la parte izquierda de su frente ha
sido remodelada y funciona allí un negocio por cuenta propia, que contrasta por
completo con el resto de la edificación.
Edificio de la calle Neptuno donde se ubicaba La Casa del Perro (03-10-2015) |
No obstante ahí
está, a pesar de las rejas y el abandono del establecimiento, este letrero que
aún en el Siglo XXI, sigue proclamando que hubo una casa especializada en
artículos para perros en La Habana. Si usted lo ve en su tránsito por la calle
Neptuno, sepa que está ante la que se pudiera considerar antecesora de Bethania, la tienda para mascotas de la
Habana Vieja, o de esas otras que hoy venden por cuenta propia productos y
servicios similares.
Ya seguiremos recorriendo
lugares de Neptuno que aún conservan su identidad en el piso.
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