Placa metálica con el nombre del establecimiento (22-01-2012) |
Hoy no vamos a relatar la historia de un letrero en el piso. En esta ocasión les voy a invitar a levantar la vista en una de las esquinas más conocidas de nuestra ciudad, donde confluyen dos arterias importantes: Galiano y Zanja. En ese lugar y desde hace ya más de un siglo, se ubica, casi a nivel de nuestros ojos, el nombre de un establecimiento comercial que aún en la actualidad, sirve como referencia a los habaneros. Les invito a descubrir la historia de La Vajilla, antes que la necesidad habitacional haga que desaparezca.
Estado actual del letrero (13-10-2022) |
Como ya adelanté, el letrero de hoy no se encuentra en el piso del portal de Galiano, ni es uno de esos trabajos de terrazo y teselas que todavía decoran muchos lugares a todo lo largo de nuestra patria. En este caso se trata de una placa metálica, montada en un soporte de madera que, con unas muy bonitas letras cursivas, nos muestra el nombre del establecimiento comercial que allí se asentó. El característico letrero de La Vajilla, está situado en la misma esquina del edificio donde confluyen sus vidrieras, a más o menos dos metros de altura del nivel de la acera. La placa, que imagino sea de bronce, ha pasado por muchas capas de pintura —tantas como el propio edificio—, pero no ha perdido su elegancia, aún cuando ya se nota que la base de madera se está sintiendo el paso de los años.
Letrero en la pared por la calle Zanja (13-10-2022) |
Por otro lado el edificio también posee el nombre del comercio inscrito en sus dos frentes. Por Galiano se vuelve a leer La Vajilla, justo entre el arco central del portal y la base del balcón corrido del segundo nivel. Pero es por Zanja donde podemos obtener un poco más de información si no detenemos a leer el letrero que reza LOCERÍA LA VAJILLA, justo encima de uno de los grandes ventanales que rodean al antiguo local de exposición y ventas. Aquí, al tener un poco más de espacio, el arquitecto pudo ubicar el nombre de la principal razón social de este comercio: la venta de enseres domésticos para servir la mesa, que usualmente reunimos bajo la denominación de “vajilla”.
La historia de La Vajilla, este comercio habanero que seguramente algunas de nuestras abuelas visitaron, viene de los tiempos en que Cuba aún estaba bajo dominio español. Su ubicación en la muy transitada esquina de Zanja y Galiano estuvo precedida, según consta en el Directorio Hispano-Americano de 1880, por una mueblería llamada Los Catalanes, propiedad de un tal J. Vidal. De acuerdo con un reportaje publicado en la Revista Bohemia del 7 de Mayo de 1916, la fecha fundacional de La Vajilla fue aproximadamente en 1885, cuando el señor Anastasio Otaolaurruchi inaugura su locería y cristalería en el N°114 (antiguo) de la calle Galiano.
Imagen restaurada de la foto en Bohemia (mayo 1916) |
La propia Bohemia nos relata mucho más sobre esta tienda. Gracias al reportaje podemos afirmar que La Vajilla aún ocupa su sitio fundacional; que el edificio que ha llegado a nuestros días data de 1916 y que fue construido expresamente para la que, en ese momento, ya era una gran locería cuyo próspero negocio se había hecho de un renombre, entre los más acreditados del ramo en toda la república. Para La Vajilla se importaban productos franceses tales como porcelana de Limoges, cristal de Baccarat, orfebrería y plata de Christofle, así como otras preciosidades llegadas desde Inglaterra, Austria, Italia, España, USA y hasta del Japón.
Anuncios Comerciales: Arriba: Diario de la Marina (1900), Revista Carteles (1923), Abajo: Guía Telefónica (1959), sección Locerías y Vidrieras |
Pero
en La Vajilla no solo se vendían los
productos que le dan nombre al establecimiento, La diversidad de bienes incluía
también algunos para nada relacionados con vajillas o cubertería, como lo
demuestra un anuncio de 1886 del vino La
Flor de Valdepeñas que, entre otros lugares, se podía adquirir allí. De
igual forma se podían encontrar lámparas modernas, adornos de sala, juegos de
tocador, búcaros, etc. En un anuncio comercial publicado en el Diario de la Marina del 30 de abril de 1900, también se
especifica que en La Vajilla se
podían contratar cristales para vidrieras y se le sugiere a los maestros de
obras que hagan sus pedidos allí por lo barato que podía resultarles.
Estrategia comercial aparte, esto demuestra que el negocio, además de las
ventas al detalle, también comercializaba al por mayor.
Tras el fallecimiento de su fundador, el negocio pasó a manos de su hermano José María Otaolaurruchi, al que le sucedieron más tarde los señores Juan Zuarola, Eradio Juliachs y Emilio y Manuel Otaolaurruchi y Villanueva. Bajo la razón social de estos últimos La Vajilla se mantuvo durante mucho tiempo siendo un comercio de referencia, en parte por su ya asentada fama y también por el lugar donde se estableció, en la muy popular y comercial Avenida de Italia, justo a la entrada de nuestro conocido barrio chino habanero.
Iniciales RD en la puerta de Zanja (13-10-2022) |
Y he aquí un detalle curioso. A pesar de los nombres de los propietarios, en la entrada del edificio por la calle Zanja, aparecen dos iniciales que no tienen nada que ver con ellos. Se trata de lo que parecen ser una R y una D entrelazadas, que supongo sean las iniciales del arquitecto que estuvo a cargo de este inmueble. Sea cual sea el “misterio” de esas iniciales, ahí está el edificio de La Vajilla que, aún cuando hace mucho perdió las originales decoraciones en su cúspide, todavía se mantiene con un aire majestuoso realzando esa tan transitada esquina de La Habana.
No puedo dar fé de hasta cuándo se comercializaron piezas de loza, cubiertos, cristalería y demás en La Vajilla. Cuando tuve conciencia de la importancia del edificio y el establecimiento comercial que albergó, ya lo habían convertido en una tienda comisionista, especializada en muebles y lámparas de épocas anteriores, a la que no podía evitar entrar cada vez que pasaba por esa esquina, para admirar aquellos muebles “antiguos”, pero con tanta magia y excelente factura.
Vista actual del edificio de Galiano y Zanja (13-10-2022) |
Hace ya un par de años los muebles y demás artículos abandonaron el lugar dejándolo vacío hasta hace poco, que ha comenzado a ser transformado en algún tipo de vivienda. No estoy en contra que locales subutilizados o que hayan perdido su valor de uso, sean transformados en viviendas, pues la necesidad habitacional de nuestro país es bastante grande; pero pienso que convertir un local eminentemente comercial, situado en un lugar tan vistoso y transitado, cambiando sus vidrieras por paredes y ventanas, hará que se pierda el encanto de esa esquina de la capital de todos los cubanos. El local muy bien pudiera seguir prestando servicios comerciales a las nuevas formas de gestión económica que está potenciando el gobierno, volviendo a invitar al transeúnte, casual o asiduo, a entrar en busca de algo que le sea necesario
Ojalá
este pequeño recuento de La Vajilla
y su historia, partiendo desde su letrero en Zanja y Galiano, pueda lograr que
no se pierda para siempre algo que de una forma u otra también es parte de la
historia de esta ciudad, que precisamente hoy celebra su cumpleaños 503…justo
un digito más que el que identifica al edificio en la Avenida de Italia #502 esquina Zanja. Le sugiero que, cuando pase
por allí, se detenga un momento y le brinde un saludo al ya centenario —pero
sin barbas— letrero de La Vajilla,
que espero siga allí por mucho tiempo más.
Cómo siempre mi comentario. Lo mismo hacia yo cuando pasaba por allí, entraba a mirar los muebles antiguos e incluso estaba loca por conseguir una lámpara de techo estilo art Deco..., Por supuesto que no la encontré pero era mi pretexto para husmear un poco entre tantas cosas bonitas... que la gente no valoraban y preferían comprarse algo más moderno...
ResponderEliminarEran los años 80's.
Muy interesante toda la publicación. Pasaba a ver los muebles y lámparas antiguas cuando se convirtió en tienda para ese fin. Recuerdo La Vajilla original
ResponderEliminar¿Podría conservarse comercio en el primer piso y habitaciones en el resto sin alterar sus fachadas?
ResponderEliminarEl letrero fue robado hace unas semanas!! Desconocemos su paradero. Soy vecina del lugar.
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