23 de noviembre de 2016

CCRC - Club de Cantineros

(Versión actualizada en 2022 de la publicación del día 23 de noviembre de 2016)
Logotipo en el piso (21-12-2015)
Muy cerca de donde hoy se reconstruye el Hotel Packard en el Prado habanero, se encuentra este logotipo en el portal de un edificio que, según el libro Art Deco en La Habana Vieja de Alejandro G. Alonso, destaca entre los de características de este estilo arquitectónico en la zona más antigua de la ciudad, por la sobriedad de sus líneas.

A primera vista quizás le sea difícil al caminante curioso identificar qué podría significar este diseño, con forma de estandarte, donde aparecen inscriptas las letras CCRC. Es posible que, si se tropieza con alguien que tenga más de 50 años, pueda desentrañar el misterio. O quizás recuerde cuando leyó en este blog que el logotipo en cuestión señala el lugar donde se ubicaba el Club de Cantineros de la República de Cuba.

El Club de Cantineros fue fundado oficialmente el 27 de junio de 1924. El mismo constituye la asociación más antigua del gremio de los cantineros de un país del que se tenga registros oficiales en el mundo. El cantinero Manuel Blanco Cuétara, que en aquel entonces había sido expulsado de la llamada Unión de Empleados de Café por desacuerdos, fue uno de los primeros que comenzó a considerar la creación de un Club Fraternal de Cantineros, junto a otros miembros de la citada Unión, que se lo habían sugerido.

Primera sede del Club en Bernaza y Obrapía (1924)
El Club como tal tuvo varios lugares de residencia antes de ocupar el edificio del Paseo del Prado, ubicándose en primera instancia en la esquina de Bernaza y Obrapía, trasladándose después a Malecón #15 (altos) aunque más tarde, debido al excesivo impuesto a pagar, permuta para San Lázaro #69 (bajos). En 1927, por diversas razones, resuelven volver a cambiar de domicilio para Prado frente al Capitolio, donde permaneció la sede hasta el 31 de mayo de 1941, fecha en que el club de manera definitiva se trasladó al edificio de Prado no. 111, entre Genios y Refugio, donde se ubica el diseño que hoy nos ocupa.

Según una página de la Wikipedia dedicada a esta institución cubana, el inmueble fue comprado al “The Canadian Bank of Commerce”, por 24 mil pesos cubanos recaudados netamente de los fondos del club en diciembre de 1939. El edificio se remodeló y acondicionó a los intereses particulares del club y quedó reinaugurado oficialmente en junio de 1941. Los arquitectos a cargo de la remodelación fueron Emilio Vasconcelos que estuvo a cargo del proyecto principal, y Jaime Benavent, colaborador del anterior. Vasconcelos, quien fuera arquitecto jefe del Dpto de Urbanismo del municipio de La Habana, también es el autor del Templo y Gran Logia Masónica sita en Carlos III y Belascoaín.

Detalles del Logo y algunos sellos del Club (2011-2015)
Regresando al diseño se puede ver que el trabajo de terrazo está realizado semejando un estandarte que, si utilizamos un poco de imaginación, utiliza la puerta de entrada al edificio como asta de soporte. Por otro lado si lo observamos desde la punta del diseño, podemos casi afirmar que estamos ante una copa de cóctel que contiene las iniciales del club. También como parte del diseño se aprecian las insignias del sol y la esfera del universo, que junto a los triángulos y la frase Fraternidad y Progreso, dan una idea de la fe masónica que seguramente profesaban algunos de sus miembros, y el propio arquitecto principal. Estos atributos eran tan importantes que incluso estaban presentes en el reglamento inicial del Club, y se pueden apreciar también en el diseño de la portada de la Revista Coctel, publicación mensual oficial del club que se imprimió entre 1956 y 1960.

Revista Coctel (1956)
El uso del club era de carácter social (reuniones, fiestas, etc.), y lo curioso es que originalmente no se creó como un club profesional, sino como una sociedad de deportes en donde sus miembros pudieran pasar sus horas de ocio. En ese edificio, se celebraron numerosas actividades y festejos por el Día del Cantinero, para el cual fue seleccionado el primer domingo del mes de octubre, aunque en la actualidad se celebra en fecha fija, el 7 de octubre. El club dejó de funcionar como tal en la década de 1960, y el edificio pasó a tener otros usos, hasta que el 28 de Julio de 2006 comenzó a ser la sede del Centro de Danza de La Habana, función que mantiene hasta la actualidad, aunque los cantineros cubanos no dejan de soñar con la posibilidad futura de recuperar el inmueble que les corresponde por derecho.

Imagen del edificio como Centro de Danza de La Habana (12-11-2016)

El Club de Cantineros fue reinscrito oficialmente el 6 de febrero de 1998, continuando la historia de su antecesor, pero esta vez bajo la forma de Asociación de Cantineros de Cuba (ACC), título éste otorgado aproximadamente un año después de su reinscripción. A partir de ese momento ocuparon un espacio en la Casa Matriz de Habana Club International S.A. en el Vedado, hasta que en 2017 se les otorgo un local para ubicarse de manera permanente.

Después de las reparaciones y acomodos necesarios en el sitio, la Asociación inauguró, a principios de 2018, su nueva y más modesta sede en los bajos del edificio de la calle Paseo #77-79 esquina a 5ta, en la propia barriada del Vedado. También su logotipo ha evolucionado con el tiempo, presentando ahora un diseño donde se han mantenido atributos del original, como son el sol y el lema Fraternidad y Progreso, pero incorporando la coctelera con las siglas de la International Bartenders Association (IBA), que distinguen a esta última institución. Por otro lado al pie de la escalera que da acceso al local, se han insertado las siglas de la ACC, realizadas con losas cortadas a la medida.

Foto:
Lugar donde radica hoy la Asociación de Cantineros de Cuba (06-12-2022)
 Como dato final al que le interese leer un poco más sobre el antiguo Club de Cantineros de la República de Cuba, cuyo logo aún se mantiene en el portal del edificio del Prado habanero, puede consultar en la web las imágenes del libro Memorias: 25 Años de Labor del Club de Cantineros, redactado en 1951 por Hilario Alonso Sánchez, uno de sus más prominentes miembros.


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