4 de mayo de 2018

DESAPARECIDO – Hotel Royal Palm

Letrero que existía indicando el lugar (10-10-2011)

Hoy visitaremos un edificio en la esquina de las calles San Rafael e Industria que hasta hace poco poseía el letrero que aparece en la imagen inicial. Éste fue uno de los primeros letreros que fotografié cuando comencé a recopilarlos allá por el año 2011, y nunca pensé que sería testigo de su desaparición, algo que ha sucedido justo cuando las instalaciones y edificios del bulevar de San Rafael se encuentran en un proceso de rescate y remodelación. Les presento entonces la historia que tenía para relatarnos el letrero del Hotel Royal Palm…y un poco más.

Comencemos dedicándole un momento a analizar el letrero. Como se habrán dado cuenta se trataba de letras conformadas por teselas con matices rojizos, incrustadas en el piso de terrazo gris. Las letras además poseían un sombreado realizado con teselas negras. El diseño siguió la manera anglosajona de escribir los nombres de algunos establecimientos, jerarquizando el nombre sobre el oficio, quizás debido a la nacionalidad de su propietario inicial. En este caso el nombre del hotel estaba escrito formando un arco tras la puerta de acceso al antiguo recibidor, en la misma esquina de Industria y San Rafael.

El edificio, uno de los que más destaca en esa zona de Centro Habana, fue proyectado y construido por el arquitecto Horacio Navarrete en 1926, según aparece reflejado en la Revista del Colegio de Arquitectos. Su propietario original fue el canadiense Wilbur E. Todgham, y quizás ese es el por qué de su nombre en inglés; aunque a decir verdad anterior a éste existió otro hospedaje llamado Royal Palm, del que algún día relataremos su historia. También puede que haya sido esa la razón de la existencia de una letra W mayúscula encerrada en un círculo, que podía ser vista por la calle San Rafael, si teníamos la suerte de que no estuviera tapada por una nevera o un anaquel de la tienda que se asienta en el local. Esa letra W estaba realizada con la misma técnica del letrero con el nombre del hotel, utilizando teselas negras y blancas.

La letra W que se podía ver por la calle San Rafael (14-12-2015)
La edificación fue diseñada para 18 habitaciones por piso, baños con servicio de agua fría y caliente, y un restaurante en el piso superior. Su tipología de construcción es la que se impuso en este tipo de edificaciones por la década de 1920: torres verticales de más de 6 niveles, planta rectangular —en este caso aprovechando la esquina— y habitaciones con vistas al exterior. Como casi todos los hoteles de esa época el Royal Palm poseía un escudo que utilizaba en su promoción. En su diseño ponderaba a nuestra cubanísima Palma Real, e incluía la frase “It’s Good” como eslogan de su servicio.

El hotel fue propiedad de Todgham hasta que pasó a manos de Pascual Morán Pérez, quizás por un negocio de compra-venta en la década de 1930. Pascual Morán era español, natural de la provincia de León, y en varias ocasiones fue Presidente del Círculo Republicano Español de La Habana. Según el libro “Las Empresas de Cuba - 1958” de Guillermo Jiménez Soler, P. Morán había sido uno de los dirigentes más notables del sector hotelero y turístico durante los años de las décadas de 1930 y 1940, y a comienzos de esa última década era considerado el hospedero más antiguo del país pues era el único que no había trasladado su capital del sector hotelero.

Algunas muestras de las promociones del hotel
Morán, además, fue presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes de Turismo de 1938 a 1940, y de la Asociación Hotelera de Cuba desde 1940. En 1941 fue electo como vocal de la Asociación de Comerciantes de Galiano y San Rafael. El Hotel Royal Palm en la década de 1950 se inscribía bajo la razón social Hoteles Morán S.A., pues además de éste P. Morán tenía bajo su mando el Hotel Florida de la calle Obispo.

El Royal Palm por su ubicación fue un sitio bastante solicitado. El propio Morán, que no varió ni el nombre ni el escudo, dejando incluso el lema de lo bueno que podía resultar el hotel en inglés, lo describía en las postales de promoción como EL MEJOR y más céntrico hotel de La Habana, a solo una cuadra del Capitolio Nacional y de los mejores teatros. El hotel, como mostraban sus postales, era miembro de la AAA (American Automobile Association) poseyendo la categoría A-1 de la época. Algunos huéspedes ilustres que se hospedaron allí fueron el entomólogo Italiano Filippo Silvestri en 1928, y la cantante argentina Mercedes Simone en 1939.

Tarja donde quedó plasmada la acción de rehabilitación (25-04-2018)
Para este escribidor es una incógnita cuándo el Royal Palm dejó de funcionar como hotel. Probablemente al edificio le haya sucedido como a muchos otros, que pasaron de ser lugares de hospedaje a casas de familias durante la década de 1960. El inmueble desde que comencé a frecuentar esa zona de la ciudad con mis padres ya era un edificio multifamiliar, con una tienda en los bajos que ha pasado por varias transformaciones. Según una tarja que se encuentra colocada al lado de la entrada por la calle Industria, en el año 2000 se le hizo una rehabilitación integral con la colaboración de la Diputación Provincial de Sevilla.

Como se dijo en el inicio de esta entrada tanto el letrero que indicaba el nombre del hotel, como la letra W que se encontraba en San Rafael, han desaparecido debajo de una capa de modernas losas blancas, que seguramente no serán tan duraderas como el piso de terrazo donde se asientan. Al parecer alguien ha querido darle un toque de modernidad al local comercial, sin tener en cuenta que ha borrado con su acción una parte de la historia urbana del bulevar. Lo curioso es que la tienda sigue teniendo como nombre el del antiguo hotel, por lo que no creo que el letrero haya sido una “molestia histórica”.

Edificio del Hotel (y tienda) Royal Palm (26-07-2015)
Esperemos que otros nombres que aún quedan en ese tramo de la calle San Rafael, que insistimos en llamar el bulevar de La Habana, no corran igual suerte.

3 comentarios:

  1. Excelente la historia! Gracias por compactarla tan exquisitamente y pi compartir tan desinteresadamente.

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  2. Me hospedé en ese hotel con mis padres a finales de los 50 y a principios de los 60. Me encantaba el elevador con puertas de rejas de hierro y la manigueta donde el conductor con su traje del hotel lo subía y lo bajaba. Las habitaciones eran espaciosas y mi padre seleccionaba aquellas que daban a San Rafael. ¡Qué tiempos aquellos en La Habana!

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  3. Muchísimas gracias por esta historia. Pascual Morán es mi bisabuelo por lado de mi madre. Te agradezco el compartir la información sobre el hotel que formo gran parte de los cuentos de mi abuela y madre de los años gloriosos en La Habana en los años 30-50 antes de la revolución.

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