13 de junio de 2018

BH – Bolsa de La Habana

Monograma en el área de entrada al edificio (03-03-2012)

En el escrito sobre la Lonja del Comercio mencioné el edificio de la Bolsa de La Habana pero sin profundizar mucho en el tema; y ya que andamos por la Habana Vieja, ¿por qué no llegarnos hasta ese lugar y develar su historia? Veamos entonces qué tiene para contarnos esta antigua institución bancaria, que aún hoy sorprende a quienes se adentran en las más añejas zonas de nuestra capita.

Quizás muchos se asombren al leer que hubo una Bolsa Cubana, pues durante muchos años hemos escuchado hablar de la Bolsa de Valores de Wall Street en los EUA, y otras en el mundo, siempre sintiéndolas como algo un tanto ajeno a nuestro país. Pues sí, estimado lector, La Habana también tuvo un edificio que se utilizó como Bolsa de Valores, y el mismo aún se levanta majestuoso en la calle Obrapía #257 entre Cuba y Aguiar, formando parte de lo que se conocía como el Distrito Bancario de la Habana Vieja —nuestro pequeño Wall Street.

Es éste el único edificio en esa calle que tiene un portal de entrada tan amplio y público. Allí es donde se ubica el logotipo que nos ocupa conformado, como pueden ver, por las iniciales B y H entrelazadas dentro de un marco circular. Sin dudas este diseño seguramente fue el utilizado para acuñar los documentos que allí se redactaban, como ocurre con otros logotipos de esta clase. El trabajo está realizado en terrazo fundido in situ de manera integral con el resto del piso, y se encuentra en el centro mismo del área de acceso.

El uso de colores sobrios como el rojo y el negro tanto en las letras como en ambos círculos, muestra cierta concordancia con la elegancia del monumental inmueble. En cuanto al piso, el tono crema con el que está realizado aporta luminosidad a la entrada, que se encuentra enmarcada por un ribete también de color rojo; técnica ésta que también se aprecia en el área donde se localizan las puertas de acceso.

Vista desde arriba de la entrada al edificio (imagen tomada de “Mi Alquiler en Cuba”)
Otro detalle importante es la presencia del nombre de la institución. A pesar de que hace más de medio siglo no hay en Cuba una Bolsa de Valores, este edificio aún muestra en su pórtico las letras que atestiguan que ese organismo existió. Llama la atención que estas letras hayan sobrevivido tanto tiempo sin ser arrancadas de su lugar por cinceles que han pretendido negar la historia en otras edificaciones. Quizás el propio hecho de que no se encuentren en la fachada que da a la calle, sino retiradas dentro de esa especie de arco de triunfo que preside la faz del edificio, haya sido una de las razones por las que hayan permanecido imperturbables a pesar de los disímiles usos que ha tenido el inmueble.

La historia de la Bolsa de La Habana como entidad de la banca cubana se remonta al siglo XIX. He tenido la suerte de encontrar entre la documentación que atesoro, una muy amplia y bien argumentada investigación realizada por la Master en Ciencias María Isabel Morales Córdova y la Licenciada Carmen Alling García, ambas del Banco Central de Cuba, donde afirman que el antecedente más remoto de la Bolsa de La Habana que ha sido posible encontrar, aparece en el libro La primera revolución industrial española: 1827-1869, del autor Juan Bautista Vilar, quien se refiere a la apertura de la bolsa de comercio en La Habana como un síntoma más de la pujanza económica de Cuba en el segundo tercio del siglo XIX.

Otros textos también abordan la creación de la Bolsa pero en diferentes momentos, y bajo diferentes nombres. Así tenemos que en el libro La Historia de la Banca en Cuba: Del siglo XIX al XXI, los investigadores Carlos Tablada y Galia Castelló indican que por Real Orden de Julio de 1882 se autorizó la creación de una bolsa de comercio en la ciudad, llamada “Bolsa Oficial”, constituyéndose el 1ro de Octubre de 1883. La concesión para fundar y operar dicho establecimiento fue solicitada por Francisco Jover, escogiendo la casa de Mercaderes #26 (antiguo) como sede. Por otra parte El libro de Cuba asegura que la Bolsa Privada de La Habana fue fundada el 4 de Enero de 1894, fecha ésta que es la más aceptada como comienzos de la institución bancaria.

Letras que aún rememoran la antigua función del inmueble (20-02-2017)

Sin embargo el edificio que aún hoy mantiene las iniciales y el letrero de la Bolsa de La Habana originalmente no fue construido con ese fin, sino como la sede principal en Cuba de nada más y nada menos que el Royal Bank of Canada (RBC). Fotos de la primera década del siglo XX lo confirman, así como un trabajo investigativo de Yamira Rodríguez Marcano para la web de Habana Radio, donde además se hace referencia a lo que existió en ese lugar antes de que se construyera el edificio.

Resulta que en ese sitio se asentó en el siglo XIX la Droguería Lobé y Torralba, propiedad del doctor Guillermo Lobé quien fue el gran reformador de los establecimientos farmacéuticos en Cuba, a los que sacó del estado de atraso en que se hallaban, dando a conocer los nuevos productos farmacéuticos que salían de las principales droguerías en Francia, Inglaterra, Alemania y los EUA. Esta farmacia  primeramente se llamó “San Felipe” pero era conocida como “Botica de Lobé”.

Al parecer ya el terreno estaba disponible para otros usos cuando F. J. Sherman, agente del RBC y director de la sucursal en Cuba, solicitó a la Alcaldía Municipal autorización para la ejecución de una mejor sede de oficinas para el banco canadiense. En 1902 comenzó la demolición de la antigua farmacia, bajo la dirección facultativa de Alberto de Castro, y entre 1903 y 1904 fue construido el nuevo edificio, participando como director de obras el arquitecto José F. Toraya Sicre, y como contratista la firma Purdy & Henderson, que desde 1901 ya tenía representación en La Habana. Esta combinación de arquitecto y contratista se repitió después en la construcción de la Lonja del Comercio de La Habana.

1907            Dos fotos de cuando era la sede de The Royal Bank of Canada          1911
El RBC ocupó el edificio hasta 1919 fecha en que se trasladó para el mucho más grande y amplio construido en la esquina de Aguiar y Obrapía, donde también Purdy & Henderson tuvo protagonismo. Por esa época era presidente de la Bolsa de La Habana el señor Yaidro Olivares y Martínez, quien no dejó pasar la oportunidad de adquirir para la entidad el bello inmueble que abandonaba el banco canadiense. Por supuesto, hubo que hacerle algunas adecuaciones ahora que el RBC ya no ocupaba el lugar, por lo que se sustituyó el nombre de aquel por el de la Bolsa, así como se retiró el escudo de Canadá para colocar el de Cuba, utilizando el mismo tipo de material de la fachada. Es muy probable que en esa época se rediseñara el piso, y se imprimieran las iniciales que han llegado hasta nuestros días.

En qué momento exacto de la historia dejó de funcionar la Bolsa es algo que no se ha podido determinar por ninguna de las investigaciones que he consultado para la conformación de este texto. Después que cesara la actividad bursátil, el edificio pasó por diferentes usos, entre los que estuvieron las funciones de comedor de los trabajadores de las distintas dependencias bancarias de sus alrededores. Recuerdo incluso haber visto en su portal, un punto de venta de refrigerios en algún momento del pasado. A días de hoy el lugar ha vuelto a destacar en los mapas de la parte más antigua de la capital cubana, por la creación de un pequeño hostal para turistas en áreas de su planta superior.

El edificio en la actualidad (20-02-2017)
Mientras, el edificio sigue allí causando admiración entre los que caminan esa zona de la Habana Vieja, motivando a detenerse ante el monograma que aún recuerda que La Habana también tuvo su Bolsa para la  compraventa de valores al contado y a plazos, entre otras funciones.

NOTA:
El monograma que nos ha ocupado hoy tiene un vínculo especial con este blog pues se utiliza como “Favicon” para su presentación en la web. Un Favicon —del inglés favorites icon—es la pequeña imagen que se puede ver en la parte superior izquierda de la pestaña, y que le sirve como sello de identidad a un sitio web. Seguramente hasta este momento no lo habías notado…¿me equivoco?

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