15 de diciembre de 2016

Hotel Lincoln

Imagen animada del letrero en el portal del hotel, donde se destaca el trazo del nombre (07-11-2011)

(NOTA aclaratoria: Este texto es una actualización de la publicación de Diciembre de 2016. El logotipo que aparece en la foto ya no existe, pero en aras de mantener una continuidad en la historia, se han dejado referencias de cuando aún estaba en el portal.)

Estamos de regreso en la Calle Galiano, esa conocida arteria comercial de La Habana, que aún mantiene una gran parte de sus antiguos letreros y logos, sobreviviendo en sus pisos el pasar de los años, y de los que por ella transitan. Pero seguramente el letrero que muestro hoy usted no lo ha notado nunca, a pesar de encontrarse  en un lugar bastante conocido y que sobre sale en esa calle.

Vayamos entonces tras la historia del Hotel Lincoln.

El Hotel Lincoln es uno de los edificios más altos de Galiano, y a su vez el hotel más antiguo de la zona que aún se mantiene en activo. Su construcción data de la década de 1920, cuando en los Estados Unidos se aprobó la “Ley Seca” y el auge turístico llegó a nuestras tierras, donde se podía beber sin buscarse líos con la ley. En esa época surgieron las tipologías hoteleras como la que presenta el Lincoln: torres de más de 6 pisos, planta rectangular, y habitaciones con vistas al exterior. En el año de su inauguración el Lincoln, con sus 7 pisos originales —ampliados más tarde a los 9 que hoy presenta— fue la segunda edificación más alta de esa zona de La Habana. 
Foto:

J. A. Richardson, primer propietario del hotel. Foto cortesía de Elena Chaimowicz.

Su propietario, según aparece en un volante promocional, fue J. A. Richardson y aunque le pueda parecer muy “americano”, créame que para nada es así. El hombre que construyó y fue primer dueño del Hotel Lincoln era cubano y se llamaba Juan Andrés Richardson. Yo mismo fui uno de los que creyó inicialmente que J. A. Richardson, era alguna abreviatura del nombre de uno de los tantos norteamericanos que por esa época tenían negocios en Cuba. La aclaración sobre su origen nacional llegó en diciembre de 2022, de parte de la señora Elena P. Chaimowicz (Richardson de soltera), nieta de Juan Andrés, a quien agradezco infinitamente su colaboración.

Nacido en la provincia de Cienfuegos, hijo de Rafael Richardson y Rosa Pereira, J. A. Richardson trabajaba en la Sección de Examen y Liquidación del Ministerio de Hacienda en la década de 1920. Al parecer su cargo le permitió ahorrar lo suficiente como para, con muy buen ojo avizor, comenzar a levantar el hotel en la ya muy popular y comercial calle Galiano. Juan Andrés también estaba interesado en asuntos políticos y esa es, presuntamente, la razón por lo que le dio ese nombre al hotel.

Collage con postales (1930 - 1950), plegable (1927) y libro de cócteles (1937). 

Imágenes cortesía de El Hotel Camagüey

El inmueble se inauguró hace ya 90 años, el 13 de Agosto de 1926, siendo su propietario el norteamericano J. A. Richardson. Y he aquí un detalle bastante singular: el hotel lleva el nombre de uno de los más destacados presidentes de los EE UU, Abraham Lincoln, quien fuera un abolicionista en tiempos de la esclavitud; y a su vez fue inaugurado el día en que Fidel Castro nacía en Birán. Es curioso que ambas fechas coincidan, y que de alguna forma el hotel con el nombre de un presidente norteamericano “revolucionario”, haya comenzado su existencia el mismo día que otro revolucionario llegaba al mundo.

Juan Andrés Richardson no fue su propietario por mucho tiempo. El crac bancario de 1929 y la contracción económica que le siguió, afectaron este tipo de negocios y el Lincoln no escapó a esa situación. A mediados de la década de 1930, Richardson le vende el hotel a  Evaristo Fernández Martínez, un asturiano que llegó a Cuba en 1902, y que se mantuvo a su mando hasta 1950, cuando lo adquirió Antonio Fernández Prieto, quien fuera su último propietario hasta la nacionalización efectuada en 1960. Antonio también era español, proveniente de Orense, quien arribó a Cuba en 1918 y que, según el libro Los Propietarios de Cuba de Guillermo Jiménez, ya en 1938 inauguraba el Gran Hotel de Camagüey y más tarde el Hotel Colón en la misma ciudad.
Anuncio en la Guía Telefónica (1959) - Sección "Hoteles"
Y fue precisamente en la década de 1950 cuando el Hotel Lincoln pasó a formar parte de los lugares vinculados con la lucha contra Fulgencio Batista, cuando ocurrió uno de los acontecimientos más famosos de la historia del edificio y de La Habana como tal. El Domingo 23 de Febrero de 1958, Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón mundial de carreras de autos, fue secuestrado en el lobby por Oscar Lucero Moya, como parte de una estrategia para dar a conocer que el M26/7 todavía seguía luchando. Fangio, que se hospedaba en la habitación #810, fue liberado poco después, e incluso el hecho de que no pudiera participar en la carrera puede que le haya salvado la vida, al no estar presente en el terrible accidente que aconteció en uno de los lugares por donde debía pasar la corrida de autos. La habitación donde estuvo hospedado Fangio hoy se puede visitar como museo, al igual que ocurre con la que ocupó Ernest Hemingway en el Hotel Ambos Mundos.

Regresando al letrero, como hemos dicho es muy probable que quienes caminaban por Galiano en el momento en que se tomó la foto, nunca se hubieran percatado que el nombre del hotel estaba en aquella losa del piso del portal. Dos razones pueden existir: la primera, que el portal del hotel no está a nivel de la calle, sino un poco más elevado, lo que provoca que muchos decidan no subir el escalón, siguiendo su camino por la acera. La segunda razón puede radicar en el mismo diseño que tenía el letrero. La loza de mármol jaspeado donde se podían ver los trazos con el nombre del hotel, se mezclaba casi por completo con el color de las lozas del piso del portal, que para nada eran las que originalmente lo acompañaban. 

El Hotel Lincoln en la actualidad (08-12-2016)

Entonces ya sabe que si se da una vueltecita por la esquina de Galiano y Virtudes, en Centro Habana, podrá ver escondido a plena vista, el nombre del hotel que allí se levanta desde hace más de 90 años. Como se indica en la nota inicial de esta entrada, entre los trabajos de renovación que se realizan en el edificio con vistas a su centenario, se sustituyó el sello al que nos hemos referido, que sin ser su logotipo oficial, nos recordaba que estamos ante una instalación con historia.

Nosotros ya volveremos de nuevo a Galiano. Todavía quedan letreros por descubrir, e historias que contar; incluso en esta misma esquina.

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